viernes, 14 de agosto de 2009

El testigo de la libertad

" He aquí por qué es inútil y ridículo pedirnos justificación y compromiso. Comprometidos, lo estamos; aunque involuntariamente. Y, para terminar, no es que la lucha haga de nosotros artistas, sino que el arte nos obliga a ser militantes. Por su función misma, el artista es el testigo de la libertad y es ésta una justificación que suela pagar cara. Por su función misma está metido en la espesura inextricable de la historia, allí donde se sofoca la propia carne del hombre. Siendo el mundo lo que es, estamos comprometidos con él, mal que nos pese, y somos por naturaleza los enemigos de los ídolos abstractos que en él hoy triunfan, sean nacionales o partidarios (...) Esto determina , al mismo tiempo, nuestra solaridad para con todos porque tenemos que defender el derecho de cada uno a la soledad, jamás seremos solitarios."

" El artista que vive y crea a nivel de la carne y de la pasión sabe que nada es simple y que el otro existe. El conquistador quiere que el otro no exista, su mundo es un mundo de señores y esclavos, este mismo mundo en que vivimos. El mundo del artista es el mundo de la discusión viva y de la comprensión."

" Y sabrán entonces que esta singular vocación les crea la más perturbadora de las fraternidades, la de los combates dudosos y de las grandezas amenazadas, la que a través de todas las épocas de la inteligencia no dejó jamás de luchar para afirmar contra las abstracciones de la historia lo que rebasa a toda historia: La carne, sea sufriente, sea dichosa."



"El testigo de la libertad" de Moral y Política. Albert Camus. 1948